Samuel Muller (Berlín) ha apuntado su dedo acusador directamente a los ojos del problema. La publicidad engañosa y no me cansaré de repetirlo, es el mayor problema de nuestro gremio porque se sigue haciendo con una frecuencia inadmisible. De hecho, prácticamente toda la publicidad tiene algo de engaño, pero hay que distinguir entre la picardía, eso que busca el anunciante para vender un poco más, y el dolo, que busca provocar el timo y el daño en el consumidor.
El tema que vamos a tratar hoy va más relacionado con la picardía porque este fotógrafo alemán ha afrontado el asunto de la comida precocinada, congelada etc, relacionándolo con el packaging de dichos productos, en donde se muestra una comida jugosa, rica en colores y texturas, con el fin de que entre por la vista ya en el mismo supermercado.
La realidad, cuando llegas a casa y abres el envase, es otra bien distinta y el libro Werbung Gegen Realität recoge hasta 110 productos como ejemplo. A pesar de lo que parece este libro no es una denuncia, es una obra artística, pero al menos sirve para poner en entredicho a todos esos diseños de packaging que engañan al comprador sin piedad.
Diego Celma
Imagen: thescienceofcreativity