Para los que estéis más perdidos: Instagram (propiedad de Facebook) es una aplicación que podemos descargar en nuestros teléfonos móviles (iPhone o Android) y nos brinda la oportunidad de capturar fotografías y retocarlas a nuestro gusto con sorprendentes efectos que proporciona el programa. Una vez finalizado este proceso, podremos compartirlas en nuestro Twitter, Facebook, o la propia web Instagram. Además una reciente actualización del servicio permite a sus usuarios subir vídeos hasta un máximo de 15 segundos.
La red ya ha anunciado que comenzará a incluir anuncios en las próximas semanas, para lograr que el negocio proporcione el rendimiento económico necesario buscado por cualquier empresario.
Instagram afirma en su blog oficial que, de momento, sólo aparecerá la publicidad como vídeos o imágenes en los muros de usuarios estadounidenses.
Parece ser que el cambio en la red social hacia la publicidad será gradual, con el objetivo de no impactar demasiado a un usuario que, de primeras, no verá con buenos ojos la aparición de anuncios de ciertas marcas en su propio tablón. Es evidente que en estos asuntos hay que «andar con pies de plomo».
El objetivo no es sólo implantar la publicidad poco a poco, sino que el propio usuario se llegue a familiarizar con las fotos y los vídeos publicitarios y que los contemplen con la misma naturalidad que sus marcas favoritas.
En cualquier caso, los usuarios siempre mantendrán la opción de ocultar la publicidad que deseen siempre y cuando señalando los motivos de su «censura publicitaria».