No es plato de buen gusto, de hecho, el encargo es una enorme pifia porque trabajar en la zona de exclusión de Chernobil no es muy gratificante, además si lo haces mal, el destino de la salud europea está en tus manos.
Novarka es un consorcio de origen francés que se va a encargar desde el mes pasado de levantar el sarcófago que cubrirá al maltrecho sarcófago original que se construyó con las manos y la sangre de los liquidadores.
Lo cierto es que Ucrania y Europa se han puesto manos a la obra para saldar un problema que se extiende desde 1986, cuando el reactor número 4 de esa central nuclear, voló en pedazos extendiendo 50 toneladas de material altamente radioactivo por el suelo ucraniano.
El logotipo de Novarka tiene un símbolo característico de la central, la enorme torre roja y blanca que tantas y tantas veces se ha visto en los siniestros vídeos del día de la tragedia. Encima, dos rayas con los colores de Ucrania simbolizan la enorme cúpula de acero que cubrirá la central.
Se echa a faltar una página web en la que se explique el proyecto. Pero es que es un proyecto poco agradecido porque jamás esas tierras recuperarán su esplendor del pasado. Chernobil nunca será el mismo.
Diego Celma
Imagen: flickr