Estamos hambrientos delante de nuestro televisor y aparece un anuncio de una hamburguesa jugosa, con el queso fundido a ambos lados, el brillo de la grasa que nos hace babear como el perro de Pavlov…
Ahora nos encontramos en el McDonald’s y pedimos la hamburguesa que hemos visto por la televisión. La decepción puede variar en grado de una a otra persona. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que se aleje la ficción tanto de la realidad?
En este vídeo nos dan cierta información que puede responder a esas preguntas. Detalles como que la hamburguesa que nosotros compramos tarda alrededor de un minuto en hacerse, y la del anuncio puede llevar horas.
Espero que les guste.
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Asegúrese que realmente el malestar se lo generó la hamburguesa. Si es así, vaya al McDonald’s más cercano y solicite una hoja de reclamación. Mucha suerte