La publicidad en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y en todos los que han tenido lugar en las dos últimas décadas, está totalmente contralada por la organización que quiere que exclusivamente haya visibles los logotipos de los patrocinadores que han abonado las enormes cuantías que permiten anunciarse en un evento universal como unas olimpiadas.
Los atletas, por ejemplo, no son libres de llevar la publicidad en su ropa que ellos quieren. Sino que deben estar patrocinados por los mismos que ponen el dinero para las olimpiadas, alienando su deseo y su voluntad a la gran organización. La regla 40 lo especifica así, pero se refiere a la ropa.
Vista esa laguna legal, el corredor de 800 metros americano Nick Simmonds decidió subastar en Ebay su hombro para hacerse un tatuaje publicitario. Una excelente idea que sentó muy mal en el Comité Olímpico Internacional.
Por cierto, la puja la ganó la agencia Hanson Dodge y tatuó su cuenta de twitter en el hombro del atleta a cambio de 11.000 dólares. Su repercusión mediática ha sido mucho mayor así que seguro que no se arrepienten, y menos aún de ser polémica y de obtener publicity durante los juegos.
Diego Celma
Imagen: pacificanada