Estos días se ha llevado a cabo la reunión anual de anunciantes en Buenos Aires. Uno de los temas protagonistas fue la necesidad de una regulación eficiente en la publicidad exterior, la que ocupa los soportes de la vía pública.
En numerosas ocasiones, la sobre utilización en forma de gigantografías que cubren fachadas enteras no ayudan a nadie, más bien perjudica a todos los anunciantes y al conductor. De hecho, a pesar de que no se podido probar que la publicidad exterior afecte a la seguridad vial, es de lógica pensar que el control es algo necesario ya que un exceso de impactos publicitarios a la vista de los conductores podría favorecer los accidentes de tránsito, los despistes y los atropellos.
La Asociación de Avisadores de Chile ha presentado una guía de buenas prácticas en la que recuerdan que el impacto de la publicidad exterior debe de ser mínimo. Dicho de otro modo, se deben evitar la tala de árboles o la poda abusiva, la modificación de elementos arquitectónicos etc. Y por su puesto, y más con la crisis económica y energética actual, lo más prudente es promover siempre la máxima eficiencia de energía y de materiales.
Diego Celma
Imagen: tamy88