Muchas veces las empresas creen o confían, en la fórmula:
Inversión = Impacto
En realidad es la segmentación, la creatividad y una estrategia coherente lo que da como resultado una buena campaña.
Un ejemplo de ello, que no se suele ver habitualmente, es el marketing de guerrilla que se basa en la consecución de los objetivos del marketing con un alto impacto y a bajo coste.
Este término fue acuñado en los 70’ por Jay C.Levinson, una época en el que la publicidad de masas se encontraba en pleno auge. Actualmente eso ha cambiado, y las empresas buscan optimizar los resultados con el menor de los presupuestos, buscando canales poco saturados e innovadores para llegar a su público.
El marketing de guerrilla trata básicamente de sorprender al consumidor utilizando objetos o lugares habituales en el día a día, para generar una publicidad creativa.
Este tipo de estrategia permite llegar a mucha gente dando como resultado un gran impacto y recuerdo de marca (siempre y cuando se haga bien) con una inversión relativamente baja –en definitiva, un coste por impacto muy competitivo-.
Voy a poner algunos ejemplos originales, ¡Aunque hay muchísimos más!