Publicidad en forma de silicona

 

El cáncer es una de las lacras de la raza humana en la actualidad. Una enfermedad de difícil curación que está relacionada con los hábitos, la alimentación y el estrés.

Las previsiones no son nada halagüeñas porque aunque cada año avanzan más los métodos de curación, se calcula que una de cada tres personas sufrirá cáncer en algún momento de sus vidas en los próximos años.

La fundación Livestrong lucha contra el cáncer desde su creación hace casi una década. Su fundador y mesías es Lance Armstrong, el ex–ciclista siete veces campeón del Tour que superó un terrible cáncer metastatizado en varios órganos de su cuerpo. Afrontó la enfermedad con optimismo y en el Tour abanderó la recogida de fondos para el apoyo de la medicina nuclear y química.

Cuando su primer retiro estaba cercano se empezaron a comercializar las conocidas pulseras amarillas de silicona (todavía llevo yo una) para que no se perdiera todo el posicionamiento conseguido. No lo ha hecho porque Armstrong ha seguido ligado al mundo del ciclismo hasta el año pasado, pero también estas pulseras tienen su parte de responsabilidad.

Su barata fabricación permitió que casi todos los fondos conseguidos a través de ellas fueran a parar a las arcas para la lucha contra el cáncer.

Diego Celma

Imagen: merida.olx

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